lunes, 15 de junio de 2015

PAN PAN: AMASAMADRE RECUPERA EL SECRETO DEL PAN DE ANTES

Las ciudades se han llenado de panaderías presuntamente artesanas a precios astronómicos que presumen de ser la única alternativa a los panes de masa industrial precocidos que a la gente le gusta comprar calentitos hasta en las gasolineras.

Seamos honestos, muchas de ellas venden humo y llenan de ingredientes un pan mediocre, a veces congelado, para que el cliente se sienta gourmet. Pero, ¿qué ha sido del pan pan,  el pan casero, con su punto de acidez justo, matices alcohólicos por la fermentación de la masa madre, y sabor al cereal del que está hecho? 

Frente a la Plaza de la Conce, junto a la Casa-Palacio de los López-Montenegro se esconde una panadería diferente, de las que hace su propio pan sin saltarse los pasos ni los tiempos. Tras dejar su constructora, herida por la crisis, Mané Pomet se puso a investigar sobre algo tan sencillo como el pan, que había empezado a hacer en casa hace cuatro años, y decidió abrir Amasamadre, un establecimiento en el que trabaja solo y cada día amasa y hornea unas cuantas barras y hogazas de trigo o centeno, según toque, cuyos ingredientes podemos leer en las primorosas etiquetas que presiden las baldas.

Pan pan. Nada más y nada menos. Y no teman: a precio de pan, no de metro cuadrado en Serrano.









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