domingo, 14 de junio de 2015

PSICOPOMPO: LIBRERíA-CAFÉ Y MUCHO +

Aunque el Caronte de Santi Senso se tomara un descanso en plena Plaza de Las Veletas condenando a los hombres a vivir eternamente durante el Festival de Teatro, lo cierto es que el viernes en Cáceres las almas seguían cruzando tranquilas porque tenían otro psicopompo de guardia al que también gustan las 'palabras, palabras, palabras', que diría por boca de Hamlet el Bardo antes conocido como Shakespeare.

La palabra bardo para los celtas señalaba al contador de historias, leyendas y poemas; bardo en tibetano significa estado de transición entre una vida y la siguiente, y así volvemos al trasiego de almas y palabras de una a otra orilla con la ayuda de un guía, el psicopompo, en forma de barquero griego; de gato de Cheshire, como en La Alicia de Carroll; de búho; o de cuervo de Poe. 

Con permiso de Jung, que le atribuye la mediación entre consciente e inconsciente, salto del Virgilio de la Divina Comedia al Peter Pan de Barrie, y me quedo centre niños perdidos y cronopios en el café de Lupe Salguero esperando que Cortázar me guíe; que la música que sale de Rayuela me ayude a saltar de casilla en casilla, de palabra en palabra.

Mientras leo, tomo un café en mi refugio, claro está sin reloj: conozco de memoria las instrucciones para darle cuerda del gran Julio. Siento que el asa de la taza también es un bracito desesperado que pugna por asirse a mis dedos, que la fría tinta se ha gangrenado en la espera e intenta adherirse a mi piel y correr mesa abajo. No en vano la editorial se llama Delirio y el poeta, Aníbal.

Para charlar, para dejarse llevar por la lectura, para organizar una presentación o una performance, para admirar las sillas recuperadas por Marga Pulido, para enamorarse de los libros de El Verano del Cohete. Cualquier hora es buena para curiosear por sus estanterías.



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